La hepatitis C es una enfermedad causada por un virus que infecta el hígado. Con el tiempo, puede conducir a la cirrosis, cáncer de hígado e insuficiencia hepática.
Muchas personas no saben que tienen hepatitis C hasta que ya tienen algún daño en el hígado. Esto puede llevar muchos años.
Algunas personas que contraen hepatitis C tienen la enfermedad por un corto plazo de tiempo y luego mejoran.
Pero la mayoría de personas que están infectadas con el virus, llegan a desarrollarla a largo plazo, o de manera crónica.
Aunque la hepatitis C puede ser muy grave, la mayoría de las personas pueden controlar la enfermedad y llevar una vida activa y plena.
Ésta enfermedad es causada por el virus de la hepatitis C y se transmite por contacto con la sangre de una persona infectada.
Puedes contraer la hepatitis C si:
-Compartes agujas y otros equipos utilizados para inyectarse drogas ilegales. Esta es la forma más común de contraer la hepatitis C .
Esto sucede en algunos países en desarrollo donde se utilizan agujas más de una vez al dar inyecciones.
-Te realizan un tatuaje o una perforación con una aguja que tiene sangre infectada en ella.
Esto puede suceder si el equipo no se limpia y desinfecta correcta y adecuadamente después de su uso.
-En casos raros, una madre con hepatitis C, propaga el virus a su bebé durante el parto.
-El riesgo de contraer la hepatitis C a través del contacto sexual es muy baja.
No puedes contraer la hepatitis C por el contacto casual, como pueden ser los abrazos, besos, estornudos, tos, o compartiendo alimentos o bebidas.
La mayoría de personas no tienen síntomas cuando son infectadas con el virus de la hepatitis C. Si desarrolla síntomas, éstos pueden incluir:
-Sentirse muy cansado.
-Dolor en las articulaciones.
- Dolor de vientre.
-Picazón en la piel.
-Dolor en los músculos.
-Orina oscura.
-Piel y ojos amarillos (ictericia). La ictericia suele aparecer sólo después de que otros síntomas hayan comenzado a desaparecer.
La mayoría de las personas que llegan a desarrollar la hepatitis C crónica, aún no tienen síntomas. Esto hace que sea común que las personas tengan hepatitis C durante 15 años o más antes de que se diagnostique.
Muchas personas descubren por casualidad que tienen el virus cuando por ejemplo su sangre se analiza antes de una donación de sangre o como parte de un chequeo de rutina.
A menudo, las personas con hepatitis C tienen altos niveles de enzimas hepáticas en la sangre. Si tu médico piensa que puedes tener hepatitis C, él o ella hablará contigo acerca de hacer una analítica de sangre.
Si la prueba muestra los anticuerpos de la hepatitis C, entonces es que has tenido hepatitis C en algún momento.
Cuando los análisis de sangre muestran que tienes hepatitis C, es posible que necesites una biopsia de hígado para ver si el virus ha causado cicatrices en el hígado.
Cuidar de sí mismo es una parte importante del tratamiento para la hepatitis C. Algunas personas con hepatitis C no notan un cambio en su forma de sentir. Otros se sienten cansados, enfermos o deprimidos.
Puedes sentirte mejor si haces ejercicio y comes alimentos saludables. Para ayudar a prevenir más daños en el hígado, evitar el alcohol y las drogas ilegales y ciertos medicamentos que pueden ser dañinos para el hígado.
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