Casi todo el mundo ha tenido al menos un momento en su vida de morderse las uñas.
Tal vez te encontraste con una situación en la cual te entretuvieras con las uñas, como por ejemplo, sentado ante una conferencia de clase aburrida, antes de una reunión con tu jefe, o mirando con nervios una película de terror.
Morderse las uñas es un hábito que a menudo comienza en la infancia. Los estudios muestran un 60% de los niños y el 45% de los adolescentes se muerden las uñas.
Morderse las uñas es menos común después de los 18 años, pero puede continuar hasta la edad adulta. Muchos adultos y niños no son conscientes de que se están mordiendo las uñas, ya que el hacerlo, se ha convertido en un hábito.
El problema puede ir desde un leve hábito ocasional, hasta un problema constante y más grave.
El estrés y el aburrimiento son los principales culpables que hacen que nos mordamos las uñas.
El hábito es a menudo una forma de aliviar la ansiedad o para mantener al menos una parte del cuerpo ocupado mientras la mente carece de interés.
La frustración y la soledad son los desencadenantes emocionales adicionales que pueden conducir a morderse las uñas.
Morderse las uñas también pueden ser un síntoma de una condición psicológica, como el trastorno obsesivo-compulsivo.
Las personas que se lavan las manos varias veces en una fila o comprueban las cerraduras de las puertas delanteras compulsivamente también pueden morder sus uñas como parte del mismo espectro de comportamientos.
Muchos niños que son mordedores de uñas también tienen otros trastornos,como el trastorno de hiperactividad y déficit de atención.
Morderse las uñas de manera regular causa graves daños a la uña y la piel circundante.
Mordiendo regularmente las uñas y las cutículas pueden dejar los dedos rojos y doloridos.
El área de la piel alrededor de las uñas puede sangrar e infectarse. Las bacterias y los virus se transmiten de los dedos a la cara y la boca y pueden generar una infección, como por ejemplo llagas en la boca.
Morderse las uñas también puede dañar los dientes, lo que lleva a mal alineados, dientes débiles...
Tratamientos
Muchos niños con el tiempo dejan de morderse las uñas. Pero para los adolescentes y adultos que aún tienen éste hábito, necesitan algunas técnicas o tratamientos para obtener resultados positivos a la hora de dejar de morderse las uñas.
Esmalte de uñas de sabor amargo.
El sabor desagradable evita morder las uñas y se puede encontrar en cualquier farmacia.
También se puede utilizar un esmalte transparente o de color de forma habitual para evitar morderse las uñas.
La misma técnica se puede utilizar con los niños, incluso hay esmaltes de éste tipo específicos para ellos.
Mantener las uñas cortas
Obtener manicuras regulares. Si vas a gastar el dinero para mantener las uñas bonitas, será menos probable que las muerdas.
Si las mantienes con una longitud corta, caerás menos en la tentación de morderlas.
Lima tus uñas de una forma suave casi a diario para que siempre estén cortas y sin salientes que inciten a morderlas, al igual que las pieles de las cutículas.
Controlar el estrés
Normalmente el hábito de morderse las uñas, va asociado muy de cerca con los nervios y el estrés.
Utiliza alguna técnica alternativa para manejar el estrés. Prueba el yoga, la meditación, la respiración profunda, o apretar una pelota anti-estrés para relajarte.
Mantén tu mente ocupada con actividades, como hacer manualidades, puzzles, un rato de lectura...
Utilizar guantes o similares
Si has probado todas estas técnicas anteriores y nada está funcionando, usa guantes de algodón o vendas auto-adhesivas en las puntas de los dedos siempre que te sea posible, para que tus uñas no estén accesibles para morderlas.
Sigue éstos consejos y consigue dejar de morderte las uñas.
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