Hoy en día podemos encontrar diferentes texturas en mercado
indicadas para el cuidado facial, entre ellas tenemos el sérum y la crema, pero
¿sabemos realmente cuáles son las diferencias entre las dos?
La elección de una textura u otra depende de las
características particulares de cada piel y el entorno. Hoy queremos
profundizar en características de estas dos texturas y explicar las diferencias
entre ellas.
Crema: Se
trata de una emulsión o mezcla de dos o más componentes líquidos que no son
solubles entre sí (agua + aceite), pero que por acción mecánica (agitación)
generan una unión especial. Su textura es suave y untuosa, y está indicada
especialmente para las pieles con tendencia seca, que pueden volverse rugosas y
sufren sensación de tirantez.
Esta textura es ideal para proteger la piel en el invierno y adecuada también para pieles expuestas a entornos muy secos debido, por ejemplo, al aire acondicionado, la calefacción, etcétera.
Esta textura es ideal para proteger la piel en el invierno y adecuada también para pieles expuestas a entornos muy secos debido, por ejemplo, al aire acondicionado, la calefacción, etcétera.
Sérum: es un gel fluido y transparente que
contiene un concentrado de principios activos que penetra en la piel sin dejar
película grasa (ideal para el verano o para pieles con tendencia a brillar),
además estos compuestos se encuentra en una concentración más alta en
comparación a la concentración que encontramos en las cremas.
Es un tratamiento complementario que se utiliza al mismo tiempo que una crema. Se aplica sobre la piel limpia, permite recargar de activos la piel y la prepara para el tratamiento. Crea un efecto de sinergia que permite potenciar la eficacia de los activos de los dos productos.
Con la crema se aprecian los resultados a largo plazo, mientras que con el serum el efecto es a corto, pues, además, tienen una mayor concentración de activos. Se pueden utilizar a diario o en cura intensiva. La principal ventaja es que con una pequeña cantidad (dos o tres gotas) se logra la total cobertura del rostro y el cuello.
Es un tratamiento complementario que se utiliza al mismo tiempo que una crema. Se aplica sobre la piel limpia, permite recargar de activos la piel y la prepara para el tratamiento. Crea un efecto de sinergia que permite potenciar la eficacia de los activos de los dos productos.
Con la crema se aprecian los resultados a largo plazo, mientras que con el serum el efecto es a corto, pues, además, tienen una mayor concentración de activos. Se pueden utilizar a diario o en cura intensiva. La principal ventaja es que con una pequeña cantidad (dos o tres gotas) se logra la total cobertura del rostro y el cuello.
Es un error utilizar sólo serum, ya que aporta principios
activos, pero no la hidratación necesaria a la piel, es por ello necesario
combinar el serum junto con una crema hidratante.
¿Cómo se aplica el sérum y la crema?
Lo primero una piel limpia es primordial, hay que dejarla libre de impurezas para que reciba el tratamiento y le saque el mejor partido. El serum nunca se masajea en la piel por dos razones: una, la cantidad a echar es muy poquita y si masajeamos gran parte del producto se nos quedará en las manos, dos la piel no necesita estimulación para recibir en producto y es mejor aplicarlo con pequeños toques.
Lo primero una piel limpia es primordial, hay que dejarla libre de impurezas para que reciba el tratamiento y le saque el mejor partido. El serum nunca se masajea en la piel por dos razones: una, la cantidad a echar es muy poquita y si masajeamos gran parte del producto se nos quedará en las manos, dos la piel no necesita estimulación para recibir en producto y es mejor aplicarlo con pequeños toques.
La crema se aplica
con un ligero masaje siempre en el mismo sentido que te hayas aplicado el serum
y siempre esperando que el serum esté ya desaparecido en nuestra piel. Aquí
también es importante hacerlo en el mismo sentido que están las arrugas faciales para no abrirlas más
de la cuenta y desplegarlas más.
www.ruedafarma.com
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